Un libro entero de frases,
dividido por fases,
con centenares de bases.
Ya he escrito varios,
he leído millares,
pero sigo igual de vacío,
soy como un recipiente frío,
vuelvo a nadar en dudas de nada.
Pensando que todo cambiaría,
volví a escribir una nueva dinastía,
eligiendo cuidadosamente,
las palabras adecuadas,
no fue suficiente,
pese al derroche de mi tiempo,
no ha cambiado ni por un momento.
Nuevos instantes se han añadido,
que de poco han servido,
sigo siendo un recipiente vacío.
El tiempo continúa su camino,
yo no voy de la mano del destino,
fabrico mi propio trayecto,
elaboro un nuevo proyecto,
pensando que llegaré a un nuevo comienzo.
Da lo mismo cuanto conozca,
no importa toda la experiencia,
ni tan solo importa lo que tenga,
acabo llegando al mismo final,
sin poderlo remediar,
es el eterno bucle de mi vida,
donde cada principio es distinto,
pero siempre con el mismo desenlace.
Vacío frío, dolor impío,
he desechado el designio,
nunca conseguiré llenar mi botella,
ni con la más bella doncella,
pues no es riqueza ni belleza,
lo que pasa por mi cabeza,
debo llenarme de ternura,
cariño y mesura...
Amor, lejos de esta asquerosa literatura.
Amor, de un mundo sin ataduras.
Simple amor y una bonita aventura,
que dura más que una coyuntura.
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